Noches en las que desearíamos que nos pasaran la mano por el lomo, y en las que súbitamente se comprende
que no hay ternura comparable a la de acariciar algo que duerme.
– Oliverio Girondo
Noches en las que desearíamos que nos pasaran la mano por el lomo, y en las que súbitamente se comprende
que no hay ternura comparable a la de acariciar algo que duerme.
– Oliverio Girondo